Son de acero y fundición; sus mordazas son de acero templado y están adheridas a las
mandíbulas con tornillos; estas mordazas poseen estrías que evitan que las piezas se resbalen. Las mandíbulas se mueven conservando el paralelismo entre sí, y de este
modo sujetan bien las piezas de cualquier tamaño.
Cuando se realizan trabajos delicados las mordazas se recubren con pedazos de cuero, cartón, cobre, aluminio, etc.